Para muchos, una manera de llenarse la boca para no decir nada. Para otros, la Key Word.
Abriendo las páginas de El País me encuentro con una genial viñeta de “El Roto”: una máquina de escribir antigua, negra, tipo Underwood, profetiza desde su limbo de papel de periódico “¡Los lápices no tienen ningún futuro!”
Por deformación profesional respondo a la máquina de manera instintiva, con crueldad, “Los lápices pueden escribir como tú, pero, ¿también puedes dibujar como ellos?”.