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Sin pensamiento la excelencia es imposible y sin excelencia no se ocupan las primeras posiciones en nada. Y en este

Sin pensamiento la excelencia es imposible y sin excelencia no se ocupan las primeras posiciones en nada.

Y en este país, salvo raras excepciones, no se enseña a pensar.

Escribo estas líneas recién finalizada mi participación como comunicador visual en un máster de comunicación y publicidad donde se hizo evidente, por enésima vez, la enorme limitación que supone saber dibujar palabras pero no imágenes y la alegre sorpresa de los alumnos cuando se consigue desinhibirlos de mitos inducidos