Según datos aportados por Valassis, compañía especializada en la gestión de cupones descuento, los fabricantes españoles de productos de gran consumo, fundamentalmente de alimentación, droguería y perfumería, pusieron en circulación 510 millones de cupones descuento en 2009, una cantidad que supone un incremento del 54% respecto de los 330 millones de vales descuento emitidos en 2008.
La respuesta del consumidor ha sido favorable, ya que la evolución en el número de cupones canjeados en supermercados, hipermercados o comercio tradicional creció un 31% entre 2008 y 2009 en nuestro país. Antonio Henriques, director general de Valassis en España, señala que “no todo el incremento es debido al efecto de la crisis. Desde hace algunos años hemos detectado que el consumidor busca comprar de una forma más inteligente; para ello no repara en buscar los mejores productos a los mejores precios a su alcance y, si los vales descuento le ayudan a decidirse por un producto u otro, por supuesto que los utiliza”.
A escala mundial la emisión de cupones se incrementó un 45% en enero de 2010 en relación con el mismo mes de 2009, también de acuerdo con datos de Valassis. Un porcentaje sin duda muy elevado que confirma la tendencia ascendente en la distribución y uso de cupones descuento en todo el planeta, un segmento de negocio que creció un 32% en el conjunto de 2009 frente a 2008.
El verano de 2009 destacó claramente sobre el mismo periodo de 2008 en cuanto a la puesta en circulación de estos vales que producen un ahorro directo en la cesta de la compra del consumidor. Entre los meses de julio y septiembre del pasado año, el uso de esta herramienta de marketing promocional se incrementó casi un 92% frente al tercer trimestre de 2008.
A pesar de estas tasas de crecimiento, esta herramienta de marketing promocional aún se utiliza poco en España en comparación con otros países de su entorno económico. Así, mientras que en nuestro país no llegamos aún a usar un vale descuento por persona y año, nuestros vecinos franceses llegan a casi seis por habitante y año y los belgas a 14 por habitante y año.
