Las áreas en las que opera la compañía ofrecían diferentes comportamientos ante el entorno. Construcción, jardinería y decoración eran las tres más afectadas por la crisis. Bricolaje, en cambio, se mantenía, ya que cada vez más consumidores decidían realizar ellos mismos pequeñas reparaciones que antes contrataban a empresas externas.
Sin embargo, incluso en este sector del bricolaje el panorama competitivo era muy convulso. El mercado se atomizaba con rapidez. Además de competidores a gran escala, como Bricor, cada vez proliferaban más las tiendas de barrio, ferreterías, centradas en las áreas de negocio de LM.
El consumidor, por su parte, también había empezado a modificar sus hábitos. El consumidor en crisis racionaliza el consumo, reduce su confianza en un único establecimiento, posterga su decisión de compra, y ante todo, persigue ahorrar a toda costa. Esta constante búsqueda del precio más bajo tuvo su repercusión en el mercado publicitario, que muy pronto comenzó a saturarse de acciones tácticas de marketing promocional con el objetivo de incentivar un concurso retraído y superar el miedo del consumidor.
En este marco LM se enfrentaba a un mensaje promocional que era necesario destacar en un entorno táctico saturado y con el handicap de afrontar un importante recorte presupuestario que impedía la realización de un spot para televisión.
OBJETIVOS. Los objetivos que se plantearon fueron los siguientes:
