Fake news. Más del 30% de los españoles se las cree a pies juntillas

 El social media es su caldo de cultivo perfecto. Los internautas españoles reciben, de media, entre una y cinco noticias

social-media-fake-news El social media es su caldo de cultivo perfecto. Los internautas españoles reciben, de media, entre una y cinco noticias falsas o bulos a la semana y más del 30% les otorgan total credibilidad. Es un hecho que preocupa cada vez más y que puede resultar crítico cuando afecta a marcas y empresas.

El 55%  de los internautas de nuestro país se informa en las redes sociales, según los datos de la consultora Comunica + por -, y aunque el usuario empieza a distinguir cuando debe desconfiar de la fuente de una información, la viralidad propia de Internet puede causar estragos antes de que el afectado pueda dar su versión. En el caso de las empresas, las noticias falsas relacionadas con ellas suelen tener su origen en clientes o trabajadores descontentos.

Los bulos circulan a gran velocidad por los social media y casi el 100% de los españoles entrevistados para realizar este informe, concretamente el 97%, afirma haber recibido en alguna ocasión una cadena de email, de autoría anónima, con información alarmista sobre un servicio o producto y con la petición de ser reenviado a otros contactos.

A veces, los bulos adoptan el aspecto de una noticia. En los recientes atentados en la Rambla de Barcelona, tan solo unos minutos después del atropello ya circulaban fotografías y vídeos de la masacre que se hacían virales a través de Facebook, Twitter y WhatsApp. La impaciencia lleva en ocasiones a precipitarse con informaciones no contrastadas y de algunos bulos también se hicieron eco algunos medios de comunicación. Los Mosso d´Esquadra, Policía Nacional, Guardia Civil y Ministerio del Interior se encargaron de desmentir los rumores, recomendando a los ciudadanos recurrir a la información aportada por fuentes oficiales.

A menudo, las fake news son la antesala de virus y delitos informáticos. Por eso, y sobre todo cuando recibamos presuntas noticias que exijan participación y viralización, lo más prudente es abstenerse de facilitar ningún dato, ser críticos con la información recibida y no reenviarla ante la menor sospecha de falsedad.

Ante esta situación es recomendable no entrar en páginas poco seguras, no reenviar información falsa y tener mucho cuidado al dar nuestros datos personales. Los bulos en la red suelen tratar temas relacionados con la salud y la alimentación, la tecnología y la economía y en los últimos años de crisis económica se propagaron bulos relacionados con el mercado laboral, con ofertas falsas de trabajo, y también estafas de regalos y premios. Un 6,5% de los encuestados afirma haber sido víctima de una estafa en la red, pero la cifra sube hasta el 37% de los internautas que conocen a alguien que ha sido estafado en la red.

GUERRA A LAS FAKE NEWS

A lo largo de este año, y ante las numerosas críticas vertidas sobre las plataformas social media como contenedoras de este tipo de informaciones, Facebook y Google se han lanzado a luchar contra las noticias falsas.  Facebook ha habilitado una batería de medidas sobre mejoras técnicas, verificaciones hechas por terceros y la potenciación de artículos de calidad. También se ha activado el primer protocolo anti noticias falsas, una alerta que advierte al usuario cuando una información es de dudosa procedencia, aunque este servicio, de momento, sólo está activo en Estados Unidos. Por su parte Google también ha anunciado que dejará de incluir páginas web de noticias falsas en su red publicitaria.

En cualquier caso, los social media nos dan acceso a una  cantidad ingente de contenido informativo, pero con tanta viralidad sin control cualquiera está expuesto al engaño. En este sentido, tal y como advierten los expertos de Comunica+ Por-, han surgido algunas páginas web para validar leyendas urbanas, cadenas de mensajes, etc, entre ellas la página web Snopes, que realiza un seguimiento de los orígenes del rumor, contrastando la información con diversas fuentes y clasificando las informaciones como “ciertas”, “falsas”, “dudosas” o imposibles de verificar.