La Inteligencia Artificial, protagonista de la inversión en ciberseguridad

La utilización de tecnología basada en Inteligencia Artificial (IA) para la seguridad de una compañía conquista a un mayor número

Un 48% de compañías prevé aumentar su inversión en ciberseguridad para incluir herramientas de Inteligencia Artificial
Un 48% de compañías prevé aumentar su inversión en ciberseguridad para incluir herramientas de Inteligencia Artificial

La utilización de tecnología basada en Inteligencia Artificial (IA) para la seguridad de una compañía conquista a un mayor número de directivos. Si en 2018 una de cada cinco empresas afirmaba emplear la IA en el área de ciberseguridad, en 2020 el 63% planea desplegar este tipo de herramientas para reforzar sus sistemas de defensa. 

Así lo señala el último estudio realizado por el Instituto de Investigación de Capgemini. Este interés por parte de las compañías se materializa en el hecho de que un 73% afirme que se encuentra realizando ensayos de casos de uso de IA en este terreno. Un 48% subraya además su interés por incrementar el presupuesto destinado a ello. En concreto, se prevé que en 2020 la partida aumente un 29%. 

Los ciberataques que afectan a las aplicaciones sujetas a exigencias temporales y los ataques automatizados se alzan como las principales amenazas. De difícil solución si no se emplean herramientas basadas en IA. El 69% de compañías cree que no va a tener capacidad para responder a estos ciberataques sin las mismas, y un 61% confirma que necesitará la IA para identificar las amenazas críticas. 

Las compañías que ya las emplean aseguran un ahorro de tiempo del 15% a la hora de detectar una brecha de seguridad y remediarla (un 43% de empresas, respectivamente). En cuanto al coste que supone ambas tareas, un 48% y un 42% de compañías destaca un descenso de entre el 1% y el 15%, y un 10% y un 17% que afirman que el ahorro supera dicho porcentaje. 

A pesar del interés por la utilización de este tipo de herramientas, las empresas entrevistadas también reconocen la dificultad de su implantación. La mitad de ellas señala lo complicado que resulta integrarlas con sus infraestructuras y sistemas de datos. Y aunque la mayoría de directivos afirma saber lo que quiere conseguir con la ciberseguridad basada en IA, el 54% ha logrado identificar las series de datos que se requieren para hacer operativos los algoritmos.