¿Hay que hacer marketing del marketing?

  ¿Están de los nervios todos los marketinianos? Sería necesaria una investigación a fondo para descubrirlo, pero en nuestro último

 

Marketing Brunch by IPMARK:
IPMARK organiza Marketing Brunch, junto a una veintena de profesionales del sector, en Boulevar 30 (Gran Vía, Madrid).

¿Están de los nervios todos los marketinianos? Sería necesaria una investigación a fondo para descubrirlo, pero en nuestro último Marketing Brunch aprovechamos para ponernos la bata blanca e invitarlos a hacer terapia de grupo. ¿Qué les quita el sueño? Los ‘pacientes’ hablaron claro…

Fue solo una aproximación al problema, tomando como muestra a la veintena de profesionales del marketing que nos acompañaron el pasado 9 de mayo y que, con muy buen humor, se prestaron a participar en una sesión de design thinking durante la que se verbalizaron muchas de los puntos débiles de un sector que se siente, muy a menudo, incomprendido.

Muy cerquita de las nubes de la Gran Vía madrileña, en el espacio Bulevar 30, organizamos, con la colaboración de Adot, UM, Initiative e Invibes, un encuentro propicio para relajarse, charlar con colegas, compartir un rato agradable y despejar algún que otro dolor de cabeza.

No se trataba de tumbarse en el diván del psicoanalista, sino de trabajar en grupos y poner en común muchas de las inquietudes que los departamentos de marketing afrontan en su día a día.

De modo que, antes que nada, era indispensable saber qué es lo que “pone de los nervios” a los marketinianos. Entre otras dolencias salieron a relucir la falta de presupuesto y recursos, el cortoplacismo, la dificultad para medir los resultados de su trabajo, la complejidad en la interlocución, la falta de especialistas…y la escasa valoración de su tarea. “De marketing sabe todo el mundo…”, se escuchó en algún momento. “Si no se vende es culpa de marketing; si se vende es porque los comerciales son muy buenos”.

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Los profesionales también se quejan de que el departamento de marketing se convierte a veces en una especie de cajón de sastre al que se adjudican múltiples tareas inespecíficas. “El marketing es una disciplina estratégica en el seno de las empresas, no solo estamos para dar servicio”.

Por otro lado, y debido a los objetivos a corto plazo que se han de cumplir, la innovación resulta casi un milagro puesto que el departamento de marketing suele apostar por lo que siempre ha funcionado. “Es complicado avanzar”.

Al presupuesto breve se suma, en muchas ocasiones, la falta de tiempo para planificar, ejecutar y medir. En la dificultad de medición influye también la inexistencia de herramientas adecuadas. Todo ello perjudica a la hora obtener un conocimiento profundo del consumidor. “Necesitamos saber mejor para quién hacemos las cosas. La clave de nuestra labor es trabajar con inputs basados en el cliente para crear productos deseables y que el negocio sea rentable y viable”.

Una vez detectados los ángulos ciegos que dificultan el trabajo de los profesionales del marketing en su día a día, la conclusión más notoria fue la necesidad que los marketinianos tienen de comunicar mucho mejor lo que hacen. Esa pelota está en su tejado y así lo reconocieron. “Tenemos que hacer marketing del marketing”.