Confidencial: julio 2016

¡Barato, barato! A la manera de los mercadillos, la Comunidad de Madrid convoca concurso de medios donde el 90% del

Fernando Montañés, IPMARK; Confidencial Times
Fernando Montañés.

¡Barato, barato! A la manera de los mercadillos, la Comunidad de Madrid convoca concurso de medios donde el 90% del peso de la adjudicación es el precio, y otro 5% la comisión de agencia, lo que supone directamente que ganará el que compre más barato, obtenga mayores descuentos de los medios, y cobre menos. La experiencia, profesionalidad, el saber hacer en la estrategia y planificación de medios sólo podría contar en el 5% restante, porcentaje que parece absolutamente ridículo. El tema lo denuncia La FEDE, que considera ilógico que la Comunidad establezca una lista de medios cerrada y que, al primar tanto el precio, la planificación pueda dirigirse por lógica a los medios que den más descuentos. Parece evidente que las bases del concurso están muy lejos de la búsqueda de la máxima eficacia en la gestión de la publicidad. Pero no sé, quizá por la experiencia de cómo se realiza la selección de medios en las campañas públicas, tampoco es ese el objetivo.

Pesadilla en la cocina demoscópica. El brutal tortazo generalizado de las encuestas en las últimas elecciones (por no hablar del que también se llevaron en el Reino Unido con el brexit) ha sido respondido por Aneimo asegurando que ninguna de las empresas que realizaron sondeos a pie de urna son asociadas, y los que se publicaron entre el 15 y el 20 de junio tenían una muestra suficiente para estimaciones globales “en términos de porcentaje”, pero insuficientes “para efectuar proyecciones de escaños” con garantías técnicas. Olvida que todos coincidían en el famoso sorpaso, tanto en porcentaje como en escaños, y ninguno se acercó ni de lejos a lo logrado por el PP. Lo más positivo es la intención de hacer una guía “que regule la publicación de sondeos electorales en los medios de comunicación”. Pero me temo que pueda llegar muy tarde para tratar de recuperar el prestigio de los sondeos, que puede afectar al resto de investigaciones. Claro que estos cuentan con la ventaja de no tener un día de elecciones para contrastar los resultados con la realidad.

Se siguen pasando. La CNMC abre dos nuevos expedientes sancionadores a Mediaset y Atresmedia por superar el tiempo de emisión de publicidad entre enero y mayo. Algo que parece habitual, y que confirma que es más rentable pagar la multa que cumplir.

Adiós a las marcas. Otro informe de la CNMC considera “injustificado que a la hora de contratar el suministro del material de oficina se diferencie entre marcas de fabricante y marcas de distribuidores”. Para el organismo que regula la competencia, “la marca no debe ser una exigencia si previamente se han determinado las características y la calidad que deben tener los productos”. Dicho así, parece totalmente lógico, en un nuevo paso hacia esa tendencia de ¡barato, barato! ¿La administración terminará comprando los bolis y gomas de borrar en los chinos?

¿Damos la vuelta al alfabeto? Después de la generación Z, ¿damos la vuelta al alfabeto? Lo único evidente es que Amazón, Alibaba, Uber, Airbnb, BlaBlaCar, y tantas otras, han roto totalmente el mercado con una rapidez inusitada, y muchos todavía no se han dado cuenta. Como ha señalado el sociólogo Iñaki Ortega en El Chupete, “la empresa más importante del mundo del turismo no tiene un solo hotel, ni la de transporte tiene coches, ni la de comercio tiene una sola tienda… tienen su origen en la disrupción tecnológica”. Y sí, los medios de comunicación más utilizados del mundo y que más ingresos publicitarios consiguen (Google, Facebook) tampoco tienen un solo periodista.

Vivos vivientes. Quizá la nueva generación que viene es la de esos vivos vivientes que se ha inventado Sra. Rushmore, en una divertida campaña repleta de optimismo con gente bailando el Aire de Pedro Marín. Claro que ni este cantante ni Javier Mariscal parecen los mejores ejemplos de vitalidad: hace poco el creador de Cobi confesaba estar arruinado y hacer de “mantero”, y Pedro Marín decía que lo que vivió en los 80 era insoportable. Pues no te digo yo los que teníamos que escucharle.