Ubicuas, multicanal y cada vez más privadas, las redes sociales del futuro

En la mayoría de las redes sociales masivas, el acceso a través de su aplicación móvil es su principal fuente

En la mayoría de las redes sociales masivas, el acceso a través de su aplicación móvil es su principal fuente de tráfico. En Twitter, esta cifra gira en torno al 70%, un porcentaje similar en Facebook.

Es más, algunas redes surgieron directamente para formato smartphone, como Instagram o WhatsApp, esta última criticada por los analistas porque justamente estaba basada en móvil y que acaba de ser comprada por Facebook por 19.000 millones de dólares.

En una sociedad volcada en el exhibicionismo, en el fenómeno selfie, donde cualquiera se autorretrata con su propio móvil y lo comparte, subimos a Facebook lo que comemos, con quién salimos o las fotos más íntimas, y las ponemos normalmente a disponibilidad de una audiencia que ni siquiera conocemos porque pensamos que “los amigos de mis amigos son mis amigos”, todo lo que no sea móvil tiene difícil cabida.

Ubicuas y que funcionen en cualquiera de los dispositivos que usemos. Da igual que sea un ordenador, un smartphone de moda o la wearable technology de las cacareadas Google Glasess…, las personas queremos poder acceder a una red social desde cualquier medio. La información está en la nube y queremos, y necesitamos, llegar a ella independientemente del dispositivo, porque las trabas físicas ya no existen. De ahí, el auge del responsive design, diseño adaptado que permite visualizar correctamente una web desde cualquier soporte, móvil o no.

Esto lo saben muy bien las redes sociales generalistas imperantes, como Twitter y Facebook, que entablan una dura pugna por prevalecer una sobre otra, al tiempo que se están mimetizando entre sí con los continuos cambios de diseño y funcionalidades. ¿Podrán convivir una junto a otra siendo cada vez más parecidas?

Por el modo de utilización de la red, parece que Twitter se ha convertido en sinónimo de instantaneidad, mientras que Facebook es el caldo de cultivo de las relaciones personales a largo plazo. Me explico.

Usamos Twitter como antes usábamos la radio: para recibir información en tiempo real. La diferencia es que ahora no solo somos receptores de una información unidireccional, sino que todos podemos participar en el proceso de emisión del mensaje o incluso comentando los mensajes de otros emisores. Facebook, en cambio, sería el equivalente a la televisión. Hacemos un uso mucho más multimedia de esta red social, donde cobran más importancia las imágenes y el vídeo; tanto es así que los contenidos que se vuelcan en Facebook no están solo pegados a la actualidad, sino al ocio y el tiempo libre.

Otras redes sociales más visuales como Instagram, Vine o Pinterest están potenciando el servicio de vídeo online y comiendo terreno a Facebook en su faceta de entretenimiento.

El aumento del ancho de banda y la mejora en los terminales móviles han hecho que, ahora, cualquiera de nosotros podamos convertirnos en un fotógrafo o videocreador en potencia, algo que está arrasando en Youtube con el fenómenos de los youtubers: usuarios de a pie con miles de seguidores y fans de sus vídeos. De hecho, la compra de Youtube por parte de Google, muy criticada en su momento, se erigido como el único acierto del gigante de las búsquedas en el campo de las redes sociales.

LA VUELTA A REDES PRIVADAS. Las redes sociales han encumbrado a celebrities, catapultado a la fama a personas anónimas y desenmascarado a farsantes. Todo a vista de todos, al alcance de todos. Pero tras este círculo de exhibicionismo digital puede que, inevitablemente, venga también un nuevo ciclo de protección de nuestra privacidad y ya se vaticina que el futuro pertenece a las redes sociales privadas. Es algo parecido a lo que está pasando con los grupos de las aplicaciones de mensajería instantánea, donde compartimos conversaciones o fotos solo con un grupo reducido de amigos.

Faceboook ha admitido que su público más joven está moviéndose en masa, curiosamente, a aplicaciones más privadas como Whatsapp o Snapchat. Y es que los usuarios se han dando cuenta de que lo que pasa en Facebook se queda en Facebook; y eso no siempre es bueno.

Lo mejor de las redes sociales es que cada uno de nosotros ve y se mueve por cada una de ellas de forma diferente. Facebook o Twitter pueden ser vistas como una salida laboral en función de tus contactos y seguidores, en lugar de Linkedin, una de las redes profesionales por excelencia que básicamente tiene su futuro asegurado si no decanta su balanza hacia el spam y se utiliza para la gestión adecuada de la información. Todo está en las manos de cada usuario, en su enfoque y en el respeto de las netiquetas sociales.

En cualquier caso, el futuro corre más deprisa en Internet. Y lo que fue tendencia ayer puede que mañana ni siquiera exista. Las redes sociales son y serán lo que quieran los usuarios, independientemente de los soportes sobre los que estén implementadas. Porque lo único importante es eso: los usuarios.

(*) Ismael El-Qudsi, CEO de Internet República.