En defensa de la marca

Acabo de asumir la presidencia de la Asociación Nacional para la Defensa de la Marca (Andema), como un honor y

Rosa Lladró, presidente de Andema.
Rosa Lladró, presidenta de Andema.

Acabo de asumir la presidencia de la Asociación Nacional para la Defensa de la Marca (Andema), como un honor y responsabilidad, por el reto de continuar la labor llevada a cabo por Andema en los 25 años que cumple este año y tras la extraordinaria labor del presidente José Luis Bonet.

El trabajo desempeñado por Andema en defensa de los intereses de los titulares de marca es absolutamente necesario para el empresariado español y coincide plenamente con los objetivos y valores que siempre hemos defendido desde Lladró.

En una sociedad del conocimiento como en la que nos encontramos, las ideas, los diseños, la trayectoria y los logros configuran el valor de la marca y la convierten en la principal herramienta estratégica de competitividad que tiene una empresa para poder ganar cuota de mercado, tanto a nivel nacional, como a nivel internacional.

Hoy, la competitividad de una empresa se mide por el grado de innovación, de creatividad que incorpore a sus productos, a sus envases, a sus procesos, a su política de comunicación. Pero esa innovación supone la inversión de enormes sumas que hay que rentabilizar. Y si los resultados innovadores no están protegidos, son libre y lícitamente copiables por nuestros competidores. La empresa debe registrar sus signos distintivos mediante una marca, o sus resultados creativos formales mediante un diseño o una invención con aplicabilidad industrial en una patente. No solamente para evitar dicha copia, sino también para convertir un resultado innovador en un derecho exclusivo y excluyente.

Marca, diseño o patente son derechos de propiedad industrial. Propiedad especial y propiedad tremendamente frágil por su carácter intangible. Cualquier otra propiedad de carácter material es más fácil de proteger. Pero la propiedad industrial requiere de la acción firme del titular de la marca para su protección, si la infracción es de carácter civil (solicitud de marca cuasi idéntica o actos de competencia desleal, como la copia), o de la acción combinada del titular o del Estado, si la infracción es de carácter penal (falsificaciones).

Esa defensa de los derechos de los titulares de marca es lo que lleva realizando Andema desde su fundación en 1989. A lo largo de estos 25 años, Andema ha tratado de instaurar y difundir una verdadera cultura marcaria entre jueces, políticos, empresas y medios de comunicación.
Y ello en la creencia de que es más fácil proteger aquello que se reconoce como valioso.

Para la empresa, estos activos intangibles suponen, cada vez más, la parte más importante de su patrimonio empresarial, por su capacidad de generación de valor añadido para la empresa.

Para la economía y para la sociedad, las marcas tienen cada vez una mayor contribución a las principales macromagnitudes. En un reciente estudio que tanto la Oficina Española de Patentes y Marcas como Andema encargaron a la Universidad de Alicante, llamado El Impacto de las Marcas en la Economía y en la Sociedad, se puso de manifiesto que las marcas contribuyeron a la economía y a la sociedad españolas en los siguientes términos:

• 6.108.140 puestos de trabajo, un 33 % del total de empleo.

• 420.000 millones de euros del PIB español, un 40 % del total.

• 73.500 millones de euros en concepto de diferentes impuestos, el 46 % del total de los ingresos tributarios líquidos.
• 70.500 millones de euros en concepto de cotizaciones a la Seguridad Social.

• Las exportaciones atribuibles a las empresas que comercializan sus productos o servicios a través de marcas suponen más de 125.600 millones de euros, el 45% del total de las exportaciones españolas.

• 4.100 millones de euros en inversiones en I+D, un 55 % del total.

• 3.867 millones de euros en inversión publicitaria, el 75 % del total.

En la labor de defensa de las marcas, hay que mantener siempre alta la guardia. Creo firmemente en el poder transformador de la empresa y de la economía que tienen las marcas, poder que sólo se despliega cuando las marcas están bien protegidas por el legislador y por los agentes encargados de su observancia.

Rosa Lladró, presidenta de la Asociación Nacional para la Defensa de la Marca (Andema).